domingo, 15 de enero de 2017

Crítica de La ciudad de las estrellas (La La Land) de Damien Chazelle



Dirigida por Damien Chazelle
Elenco: Emma Stone, Ryan Gosling, John Legend, Rosemarie De Witt


El género musical a día de hoy está mal visto. Algunos lo tildan de anticuado. Otros simplemente prefieren justificarse argumentando que las películas con canciones son pretenciosas. Si nos ponemos a analizar la calidad de los musicales que se han ido estrenando a lo largo del milenio nos damos cuenta que realmente la mayoría de proyectos estrenados resultaron ser decepcionantes para la mayoría de espectadores. Si bien es verdad que joyas como Moulin Rouge!, Chicago o Sweeney Todd son parte ya de la historia del cine, otras cintas como Nine, Dreamgirls o incluso El Fantasma de la Opera decepcionaron a pesar de contar con varias nominaciones a los Oscar.

Con estos duros precedentes, La La Land lo tenía bastante difícil para sorprender al círculo crítico y a gran parte de la audiencia pero el cine a veces obra milagros y lo nuevo del joven realizador Damien Chazelle (que ya dejó a muchos con la boca abierta con su anterior trabajo, Whiplash, incluido servidor) lo es con creces. 

A través de las distintas estaciones conoceremos la historia de amor de Mia y Sebastian, ambos aspirantes a artistas (ella a actriz y él a músico de jazz). Es curiosa y valiente la estructura que se decide usar en esta película. Se puede distinguir una primera parte en la que abunda la alegría, el color y números musicales con una energía que incluso se puede sentir como propia mientras que en la segunda todo se torna en un drama con tintes romántico y desesperanzado y en la que se concluye con un final que no dejará a nadie indiferente y que supone un claro homenaje al cine musical que se hacía en los años 50.

El trabajo de los actores es bueno en líneas generales pero claramente este es el show de sus protagonistas Emma Stone y Ryan Gosling. Ambos hacen una interpretación en la que la contención y el carisma se dan de la mano de una forma asombrosa. En los números musicales vocalmente sorprenden. Encima cuando los dos están juntos en pantalla hay tanta química que nos creemos todo lo que nos están contando. Sentimos su historia como propia. 

Ya si nos ponemos a hablar de los números musicales servidor se emociona. Cada uno tiene su propia identidad, su propia marca y encajan a la perfección en el montaje final de la película. Magia, simpleza, colorido y coreografías vistosas son sus mayores armas Obviamente esto no tendría sentido sin una banda sonora potente y la hazaña de Justin Hurwitz en esta materia es completamente de traca. Melodías que ya son historia del cine y que seguramente le reporten muchos galardones, incluido el Oscar en banda sonora y en canción. City of Stars es desde hace ya varias semanas un himno para muchos cinéfilos. Que lo siga siendo durante más tiempo, ese es mi deseo.

La La Land no solamente es una proeza en estos días en los que la originalidad es penada por los prejuicios. Además de todo lo dicho ya, es la confirmación de un narrador con muchas inquietudes artísticas llamado Damien Chazelle que nos ha vuelto a regalar una auténtico diamante en bruto en forma de película. Porque soñar y ser amado es posible.

Here's to the ones who dream. No os la perdáis.

Lo mejor:
el acabado técnico de la película y la química de Stone y Gosling. 

Lo peor:
ya vendrán los típicos de siempre para destrozarla cuando la audiencia está claro que la ama en su mayoría.

Nota: 10/10


1 comentario:

  1. Por primera vez y sin que sirva de precedente, estamos totalmente de acuerdo. Fantástico y maravilloso largometraje que te mete en la piel de los protagonistas desde el primer minuto!! Impecable historia, y no podría estar mejor contada que en forma de musical donde se demuestra que la perseverancia de cada uno puede con todo y más, y si quieres puedes llegar a lo más alto.

    No hace falta que comente la similitud entre los sueños de la protagonista (teatralmente) contigo, pero ahí lo dejo! :P

    Lo mejor sin duda, una película que te quita un pedacito de ti, de tu corazón, que siempre va a estar ahí y sobretodo, te lo acaba rompiendo con un final nada esperando, sorprendente y unas sonrisas que en tan poco tiempo dicen mucho, y hacen sentir e ilusionarse a cada uno de los espectadores.

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