domingo, 30 de marzo de 2014

Crítica de "Ocho apellidos vascos" de Emilio Martinez Lázaro



OCHO APELLIDOS VASCOS
El sleeper del año

Cada año siempre hay una película que en su país de origen lo "peta" directamente en la taquilla y se gana el cariño del público. Del país que nos vienen un gran número de casos es Francia. "Bienvenidos al norte", "Intocable" o la recién estrenada "Guillaume y sus chicos ¡A la mesa!" tuvieron una carrera comercial realmente envidiable y consiguieron llenar durante semanas consecutivas salas que con otras cintas estarían totalmente vacías.


Aquí en España tenemos casos excepcionales como los vividos con "El orfanato", "Agora" o "Lo imposible". Sin embargo, en estos casos la fuerte comercialidad de sus propuestas ya atraían de por sí a un público que normalmente muestra una actitud bastante escéptica en lo que a cine español se refiere. ¿Y si de repente afirmase que en la comedia tiene nuestra cinematografía un arma de doble filo con el que obtener estupendos resultados de taquilla?

Con "Tres bodas de más" el público se reconcilió y mostró una actitud favorable (consiguió cerca de 7 millones de euros de taquilla y semana tras semana los descensos de cuota eran muy reducidos). Finalmente, con "Ocho apellidos vascos" se ha conseguido un hito. En la segunda semana esta modesta película logró aumentar un 60 % su recaudación y en apenas 10 días lleva recaudados más de 11 millones de euros.

Viendo este fenómeno del que pocas veces he sido testigo, acudí al cine más cercano a verla y el ambiente que había en la sala era estupendo. Gente de todas las edades hasta la primera fila que venía dispuesta para pasarlo a lo grande.
Tras el visionado, no podía negarlo. Había salido con una sonrisa de oreja a oreja con la que pocas veces salgo.
¡Vaya cantidad de talento hay en esta película!
Dani Rovira es el alma de esta fiesta de risas. Puro arte. Esa forma de hablar y la presencia que tiene es envidiable. Su primer papel en el cine lo pasa con nota (nominación al Goya para actor revelación YA). Clara Lago me ha sorprendido para bien, convirtiendo a su personaje un poco brusco al principio en otro mucho más tierno y con un acento vasco que me ha convencido y no me ha parecido nada forzado.
El trabajo de los secundarios es lo más. Karra Elejalde (quien ya estaba genial en la reivindicativa "También la lluvia" de Iciar Bollaín) se convierte en un robaescenas total junto a Carmen Machí. Los dos tienen en el final una escena la mar de tronchante que la convierten en uno de los puntazos más divertidos y memorables de este film.
Por último, Alberto López y Alfonso Sánchez (los famosos er Culebra y er Cabesa) desprenden toda la gracia posible con sus dos señoritos sevillanos con la poca vergüenza que ya le echaron en "El mundo es nuestro".

El guión tira mucho de topicazos entre vascos y andaluces, pero ahí se puede decir que se encuentra el encanto de todo lo que vemos en la pantalla. Esta peculiar guerra de costumbres y tradiciones tiene momentos brillantes que aunque a veces caigan en lo predecible, son desternillantes y no dejan a nadie indiferente.
La música de Fernando Velázquez a su vez es simpática y mezcla los sonidos sevillanos con otros del norte de la Península.

¿Es "Ocho apellidos vascos" la mejor comedia española de los últimos años? No, pero si que es uno de esos títulos que la mayoría de espectadores no olvidará en muchos años.
El cine también es esto, un arte que cuando está bien formulado, atrae a las audiencias y directamente las enamora.

Y ver una sala totalmente llena, con tanta gente pasándolo genial, para mí es un gustazo.

LO MEJOR: Clara Lago y Dani Rovira tienen más química que la fórmula de la Coca-cola.

LO PEOR: Ser muy crítico puede ser considerada actitud de un amargado de la vida total.

NOTA: 6,5



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