viernes, 24 de febrero de 2017

Quiniela 89ª Edición de los Oscar: Mejor actriz


Una mujer violada que se niega a ser una víctima y que acaba teniendo una retorcida y atípica relación con su agresor.  Una mujer pionera en los derechos raciales americanos cuyo caso personal permitió que se legalizaran los matrimonios interraciales en la América de los años 60. Una mujer que acaba de perder a su marido, que casualmente es el Presidente de los Estados Unidos, y que tiene que lidiar con todo lo que ello significa. Una mujer aspirante a actriz en la ciudad de Los Angeles que se enamora de un pianista soñador como ella. Una mujer que dedica su millonaria herencia a intentar triunfar como cantante de ópera, a pesar de sus nulas cualidades vocales.

Detrás de estos papeles tan diferentes están los nombres de Isabelle Huppert, Ruth Negga, Natalie Portman, Emma Stone y Meryl Streep.


 Isabelle Huppert por Elle de Paul Verhoeven 

Da un poco de vergüenza escribirlo pero lo cierto es que a sus 63 años Isabelle Huppert recibe la primera nominación al Oscar de su carrera, aunque lo cierto es que sus apariciones en el cine norteamericano son contadas, seguramente la más recordada sea cuando protagonizó La puerta del cielo de Michael Cimino en 1980. Su prolífica filmografía, iniciada en 1972, se ha desarrollado prácticamente al completo en territorio europeo.

Ha tenido que regresar Paul Verhoeven para darle a la musa de Claude Chabrol y Michael Haneke uno de sus papeles más trangresores de su carrera, y eso que estamos hablando de la misma mujer que ha protagonizado La pianista (2001), Historia de piera (1983) o La ceremonia (1995) entre otros.

Pero si algo ha demostrado la francesa a lo largo de los años es que rueda de una forma incansable y que no le tiene miedo a nada, por eso no es de extrañar que luchara por protagonizar la película tras leerse la novela de Philippe Djian en que se basa Elle.
Michelle Leblanc, su personaje en Elle, es una mujer que ante todo se niega a ser una víctima, a pesar de haber pasado por un momento traumático y de tener un conflictivo pasado a sus espaldas.

Ella tiene el control absoluto de su vida, y de las personas que la rodean.

Si uno repasa la filmografía del maestro Verhoeven se dará cuenta de que las mujeres en su cine nunca son meros sujetos pasivos a merced del personaje masculino de turno, sino que muchas son las que llevan el peso narrativo de la trama. Basta pensar en la Christine Halslag de El cuarto hombre, la Catherine Tramell de Instinto básico, la Nomi Malone de Showgirls o la Rachel Stein de El libro negro. Sin duda, Michelle Leblanc se une a esa lista de heroínas Verhoevenianas en que son dueñas absolutas de sus películas.

Pero como el propio director ha dicho en más de una entrevista: “Todo el mérito de la película pertenece a Isabelle Huppert, entendió el personaje desde el principio y lo dio todo, apenas tuve que dirigirla. Ella es la película”. 

Hay algo tremendamente poderoso en su interpretación que hace que no podamos dejar de observarla en todo momento. Lo único que podemos hacer es dejarnos llevar por la singular mente de un personaje que gane o no el Oscar ya pertenece a la cultura popular, y ese es el reconocimiento más importante.


Ruth Negga por Loving de Jeff Nichols

Podríamos catalogar a Ruth Negga como la novata del quinteto de nominadas de este año, no sólo porque sea su primera nominación, sino porque apenas era conocida por el gran público hasta que protagonizó Loving, la película de Jeff Nichols que cuenta la historia real del matrimonio formado por Richard y Mildred Loving, y que debido a la naturaleza interracial de sus cónyuges, fueron arrestados, encarcelados y exiliados en el estado de Virginia durante los años 50 y 60 del pasado siglo.

La película es un acertado ejercicio de contención e intimismo que se sustenta en la buena química y mirada honesta de sus dos protagonistas. A pesar de la gran injusticia de su premisa, el filme no necesita de momentos grandilocuentes para dejar claro al espectador que estamos viendo una gran y obvia injusticia.

Joel Edgerton está muy bien como el marido de pocas palabras, encerrado en sí mismo y que es lo suficientemente valiente como para profesar amor a su mujer, a pesar de tener las leyes de la época en su contra. Pero es la actriz etíope-irlandesa la que enamora a la cámara. 

Al igual que su marido en la ficción, ella tampoco necesita hablar demasiado para transmitir las emociones necesarias. Dota de una dignidad e integridad a su personaje que hace que siempre la observemos a ella e ilumine cada escena siempre que aparece.

Jeff Nichols le ha dado a Ruth Negga una carta de presentación estupenda, esperemos que la industria del cine sepa aprovecharla en el futuro.


Natalie Portman por Jackie de Pablo Larraín

La figura de la Primera dama en Estados Unidos es casi tan importante como la del propio Presidente. Todo el mundo sabe quién es la mujer que comparte lecho y confidencias con el hombre más poderoso del mundo, y sin duda una de las más recordadas que ha pasado por la Casa Blanca es Jacqueline Kennedy, la mujer del defenestrado Presidente John F. Kennedy.

Pero Jackie no va sobre su marido. Lo interesante de la primera película en inglés del chileno Pablo Larraín es que en todo momento vemos la perspectiva de Jacqueline, Jackie para sus más allegados.

El filme estuvo a punto de ser protagonizada por la británica Rachel Weisz (ganadora del Oscar a la mejor actriz de reparto por El jardinero fiel) y dirigida por Darren Aronofsky, pero el proyecto se paralizó cuando Weisz y Aronofsky dejaron de ser pareja sentimental. Entonces éste dio un paso atrás y se quedó como productor de la película hasta que propuso a Larraín, tras ver su película El club, para que fuera el nuevo capitán del barco, porque confiaba en que sería el adecuado en trasladar la angustia y la presión necesarias al personaje de la ex primera dama. Además al no ser americano podría retratarla sin ningún tipo de presión autoimpuesta e inconsciente, no en vano estamos hablando de una de las figuras más femeninas más icónicas e importantes de la historia norteamericana del siglo XX.

Ahora Jackie se apellida Portman. Seis años después de que ganara el Oscar por Cisne negro, una de las mejores y más viscerales interpretaciones que este servidor recuerda haber visto, la actriz que conquistó los corazones de una nueva generación de fans de la saga Star Wars regresa a la primera línea dando vida a una mujer que tuvo que construir el legado de su marido tras su asesinato mientras todo el mundo la observaba a ella.
Larraín vuelve a demostrar que es un genio a la hora de descomponer el género del biopic, ya lo hizo en la reciente y excelente Neruda.

Jackie nada tiene que ver con propuestas tan amables y facilonas como La teoría del todo o La dama de hierro, por poner ejemplos recientes donde sus protagonistas se llevaron a casa el Oscar de interpretación. La película se sustenta en el seguimiento, por momentos asfixiante, de su protagonista.  Literalmente Natalie Portman tiene la cámara pegada a la cara durante gran parte del metraje y sostiene los primeros planos como pocas.

Jackie es un tour de force interpretativo por parte de su protagonista. Puede que Portman tenga algunos sonoros fracasos a sus espaldas pero cuando tiene la película adecuada demuestra que es una bestia de la interpretación. Jackie no es ninguna excepción. 

Como diría Carlos Boyero: “Natalie Portman puede ser Jackie, y lo que ella quiera”.
Sería la favorita para ganar si no hubiera ganado el Oscar recientemente.


Emma Stone por La la land de Damien Chazelle

A la Academia de cine de Hollywood le encanta reconocer a actrices jóvenes, guapas y en pleno apogeo de su carrera cinematográfica, si a esto le sumas que Emma Stone ya ha sido nominada previamente (como secundaria hace dos años por la ganadora Birdman) y que es la protagonista de la película llamada a arrasar esta edición pocas cosas le impedirán subir este domingo a recoger su primera estatuilla dorada por un musical que ha conquistado a crítica y público a partes iguales.

En La la land, la tercera película del joven cineasta americano Damien Chazelle, interpreta a Mia, una joven aspirante a actriz que trabaja como camarera mientras a acude a repentinos castings intentando así labrarse un futuro en la meca del cine.

Desde que la película viera la luz por primera vez en Septiembre del año pasado en el Festival de cine de Venecia todo el mundo pareció coincidir en señalar que Emma Stone estaba ante el mejor papel de su carrera y que aportaba todo su talento y carisma a un personaje, si bien visto mil veces, que es el alma de la película, con permiso del rol de su compañero de escena Ryan Gosling.

Stone sabe que no es una de las mejores actrices de su generación, que es una actriz limitada en ciertos recursos, pero lo que sabe hacer lo sabe hacer muy bien. Así le da a la película todo lo que necesita, el público empatiza con ella en todo momento y queremos verla triunfar.

También se desenvuelve de una forma notable en el apartado más característico de todo musical: el de cantar y bailar.

Llega a la gala sabiendo que es favorita y que su película ha enamorado, solo así se explica que haya alcanzado el mismo número de nominaciones que películas tan icónicas como Eva al desnudo (1950) o la mastodóntica Titanic (1997).

Woody Allen ya dijo que Emma Stone, con la que ha trabajado en Magic in the Moonlight e Irrational Man, lo tiene todo para convertirse en una estrella de cine. Muchos ya lo intuían, pero La la land lo confirma.


Meryl Streep por Florence Foster Jenkins de Stephen Frears

Hablar de los Oscar sin Meryl Streep es como hablar de unas declaraciones de Donald Trump sin alguna polémica de por medio. La que es para muchos “La mejor actriz viva del cine” ha creado una simbiosis con la Academia de Hollywood que ningún interprete parece que vaya a alcanzar nunca.

Cada año que pasa la Streep rompe su propio record y este año consigue su nominación número veinte a los premios más famosos del cine, algo insólito en cualquier actor o actriz.
En esta ocasión es el director británico Stephen Frears el que le brinda la oportunidad de brillar en la piel de una mujer cuya única meta es ser cantante de ópera profesional, aunque a pesar de sus buenas intenciones la naturaleza no le ha dotado con el don necesario.

La película es amable, algo simplona pero disfrutable. Tampoco destaca especialmente en ningún apartado pero a estas alturas Meryl Streep no tiene nada que demostrar al mundo y simplemente cuenta una historia tan entretenida como olvidable.

Obviamente no será recordada por esta película, ese lugar está reservado para El cazador, Memorias de África, Los puentes de Madison o Las horas, por citar solo algunas.

Muchos acusan a la Academia de desmedida a la hora de nominarla siempre que pueden, pero sigue siendo Meryl Streep, y eso estará siempre por encima de cualquier opinión subjetiva.

Ganará: Emma Stone
Yo votaría a: Isabelle Huppert
Debería estar nominada: Annette Bening por 20th Century Women


RECUENTO

 7 Oscars
La La Land

2 Oscars
Moonlight

1 Oscar
El libro de la selva, Fences, Hasta el último hombre, 
Jackie, Manchester frente al mar, Star Trek: Más allá, 
The Salesman, Zootrópolis

No hay comentarios:

Publicar un comentario