Una mujer violada que se niega a ser una víctima y que
acaba teniendo una retorcida y atípica relación con su agresor. Una mujer pionera en los derechos raciales
americanos cuyo caso personal permitió que se legalizaran los matrimonios
interraciales en la América de los años 60. Una mujer que acaba de perder a su
marido, que casualmente es el Presidente de los Estados Unidos, y que tiene que
lidiar con todo lo que ello significa. Una mujer aspirante a actriz en la
ciudad de Los Angeles que se enamora de un pianista soñador como ella. Una
mujer que dedica su millonaria herencia a intentar triunfar como cantante de
ópera, a pesar de sus nulas cualidades vocales.
Detrás de estos papeles tan diferentes están los
nombres de Isabelle Huppert, Ruth Negga, Natalie Portman, Emma Stone y Meryl
Streep.
Isabelle Huppert por Elle de Paul Verhoeven
Da un poco de vergüenza escribirlo pero lo cierto es
que a sus 63 años Isabelle Huppert recibe la primera nominación al Oscar de su
carrera, aunque lo cierto es que sus apariciones en el cine norteamericano son
contadas, seguramente la más recordada sea cuando protagonizó La puerta del cielo de Michael Cimino en
1980. Su prolífica filmografía, iniciada en
1972, se ha desarrollado prácticamente
al completo en territorio europeo.
Ha tenido que regresar Paul Verhoeven para darle a la
musa de Claude Chabrol y Michael Haneke uno de sus papeles más trangresores de
su carrera, y eso que estamos hablando de la misma mujer que ha protagonizado La pianista (2001), Historia de piera (1983) o La
ceremonia (1995) entre otros.
Pero si algo ha demostrado la francesa a lo largo de
los años es que rueda de una forma incansable y que no le tiene miedo a nada,
por eso no es de extrañar que luchara por protagonizar la película tras leerse
la novela de Philippe Djian en que se basa Elle.
Michelle Leblanc, su personaje en Elle, es una mujer que ante todo se niega a ser una víctima, a
pesar de haber pasado por un momento traumático y de tener un conflictivo
pasado a sus espaldas.
Ella tiene el control absoluto de su vida, y de las
personas que la rodean.
Si uno repasa la filmografía del maestro Verhoeven se
dará cuenta de que las mujeres en su cine nunca son meros sujetos pasivos a
merced del personaje masculino de turno, sino que muchas son las que llevan el
peso narrativo de la trama. Basta pensar en la Christine Halslag de El cuarto hombre, la Catherine Tramell
de Instinto básico, la Nomi Malone de
Showgirls o la Rachel Stein de El libro negro. Sin duda, Michelle
Leblanc se une a esa lista de heroínas Verhoevenianas en que son dueñas
absolutas de sus películas.
Pero como el propio director ha dicho en más de una
entrevista: “Todo el mérito de la
película pertenece a Isabelle Huppert, entendió el personaje desde el principio
y lo dio todo, apenas tuve que dirigirla. Ella es la película”.
Hay algo tremendamente poderoso en su interpretación
que hace que no podamos dejar de observarla en todo momento. Lo único que
podemos hacer es dejarnos llevar por la singular mente de un personaje que gane
o no el Oscar ya pertenece a la cultura popular, y ese es el reconocimiento más
importante.
Ruth Negga por Loving de Jeff Nichols
Podríamos catalogar a Ruth Negga como la novata del
quinteto de nominadas de este año, no sólo porque sea su primera nominación, sino
porque apenas era conocida por el gran público hasta que protagonizó Loving, la película de Jeff Nichols que
cuenta la historia real del matrimonio formado por Richard y Mildred Loving, y
que debido a la naturaleza interracial de sus cónyuges, fueron arrestados,
encarcelados y exiliados en el estado de Virginia durante los años 50 y 60 del
pasado siglo.
La película es un acertado ejercicio de contención e
intimismo que se sustenta en la buena química y mirada honesta de sus dos
protagonistas. A pesar de la gran injusticia de su premisa, el filme no
necesita de momentos grandilocuentes para dejar claro al espectador que estamos
viendo una gran y obvia injusticia.
Joel Edgerton está muy bien como el marido de pocas
palabras, encerrado en sí mismo y que es lo suficientemente valiente como para
profesar amor a su mujer, a pesar de tener las leyes de la época en su contra. Pero es la actriz etíope-irlandesa la que enamora a la
cámara.
Al igual que su marido en la ficción, ella tampoco necesita hablar
demasiado para transmitir las emociones necesarias. Dota de una dignidad e
integridad a su personaje que hace que siempre la observemos a ella e ilumine
cada escena siempre que aparece.
Jeff Nichols le ha dado a Ruth Negga una carta de
presentación estupenda, esperemos que la industria del cine sepa aprovecharla
en el futuro.
Natalie Portman por Jackie de Pablo Larraín
La figura de la Primera dama en Estados Unidos es casi
tan importante como la del propio Presidente. Todo el mundo sabe quién es la
mujer que comparte lecho y confidencias con el hombre más poderoso del mundo, y
sin duda una de las más recordadas que ha pasado por la Casa Blanca es Jacqueline
Kennedy, la mujer del defenestrado Presidente John F. Kennedy.
Pero Jackie
no va sobre su marido. Lo interesante de la primera película en inglés del
chileno Pablo Larraín es que en todo momento vemos la perspectiva de
Jacqueline, Jackie para sus más allegados.
El filme estuvo a punto de ser protagonizada por la
británica Rachel Weisz (ganadora del Oscar a la mejor actriz de reparto por El jardinero fiel) y dirigida por Darren
Aronofsky, pero el proyecto se paralizó cuando Weisz y Aronofsky dejaron de ser
pareja sentimental. Entonces éste dio un paso atrás y se quedó como productor
de la película hasta que propuso a Larraín, tras ver su película El club, para que fuera el nuevo capitán
del barco, porque confiaba en que sería
el adecuado en trasladar la angustia y la presión necesarias al personaje de la
ex primera dama. Además al no ser americano podría retratarla sin ningún tipo
de presión autoimpuesta e inconsciente, no en vano estamos hablando de una de
las figuras más femeninas más icónicas e importantes de la historia
norteamericana del siglo XX.
Ahora Jackie se apellida Portman. Seis años después de
que ganara el Oscar por Cisne negro,
una de las mejores y más viscerales interpretaciones que este servidor recuerda
haber visto, la actriz que conquistó los corazones de una nueva generación de
fans de la saga Star Wars regresa a
la primera línea dando vida a una mujer que tuvo que construir el legado de su
marido tras su asesinato mientras todo el mundo la observaba a ella.
Larraín vuelve a demostrar que es un genio a la hora
de descomponer el género del biopic, ya lo hizo en la reciente y excelente Neruda.
Jackie nada tiene
que ver con propuestas tan amables y facilonas como La teoría del todo o La dama de hierro, por poner ejemplos
recientes donde sus protagonistas se llevaron a casa el Oscar de
interpretación. La película se sustenta en el seguimiento, por
momentos asfixiante, de su protagonista.
Literalmente Natalie Portman tiene la cámara pegada a la cara durante
gran parte del metraje y sostiene los primeros planos como pocas.
Jackie es un tour
de force interpretativo por parte de su protagonista. Puede que Portman tenga
algunos sonoros fracasos a sus espaldas pero cuando tiene la película adecuada
demuestra que es una bestia de la interpretación. Jackie no es ninguna excepción.
Como diría Carlos Boyero: “Natalie Portman puede ser Jackie, y lo que
ella quiera”.
Sería la favorita para ganar si no hubiera ganado el
Oscar recientemente.
Emma Stone por La la land de Damien Chazelle
A la Academia de cine de Hollywood le encanta
reconocer a actrices jóvenes, guapas y en pleno apogeo de su carrera
cinematográfica, si a esto le sumas que Emma Stone ya ha sido nominada
previamente (como secundaria hace dos años por la ganadora Birdman) y que es la protagonista de la película llamada a arrasar
esta edición pocas cosas le impedirán subir este domingo a recoger su primera
estatuilla dorada por un musical que ha conquistado a crítica y público a
partes iguales.
En La la land,
la tercera película del joven cineasta americano Damien Chazelle, interpreta a
Mia, una joven aspirante a actriz que trabaja como camarera mientras a acude a
repentinos castings intentando así labrarse un futuro en la meca del cine.
Desde que la película viera la luz por primera vez en
Septiembre del año pasado en el Festival de cine de Venecia todo el mundo
pareció coincidir en señalar que Emma Stone estaba ante el mejor papel de su
carrera y que aportaba todo su talento y carisma a un personaje, si bien visto
mil veces, que es el alma de la película, con permiso del rol de su compañero
de escena Ryan Gosling.
Stone sabe que no es una de las mejores actrices de su
generación, que es una actriz limitada en ciertos recursos, pero lo que sabe
hacer lo sabe hacer muy bien. Así le da a la película todo lo que necesita, el
público empatiza con ella en todo momento y queremos verla triunfar.
También se desenvuelve de una forma notable en el
apartado más característico de todo musical: el de cantar y bailar.
Llega a la gala sabiendo que es favorita y que su
película ha enamorado, solo así se explica que haya alcanzado el mismo número
de nominaciones que películas tan icónicas como Eva al desnudo (1950) o la mastodóntica Titanic (1997).
Woody Allen ya dijo que Emma Stone, con la que ha
trabajado en Magic in the Moonlight e Irrational Man, lo tiene todo para convertirse en una estrella de
cine. Muchos ya lo intuían, pero La la
land lo confirma.
Meryl Streep por Florence Foster Jenkins de Stephen Frears
Hablar de los Oscar sin Meryl Streep es como hablar de
unas declaraciones de Donald Trump sin alguna polémica de por medio. La que es
para muchos “La mejor actriz viva del cine” ha creado una simbiosis con la
Academia de Hollywood que ningún interprete parece que vaya a alcanzar nunca.
Cada año que pasa la Streep rompe su propio record y
este año consigue su nominación número veinte a los premios más famosos del
cine, algo insólito en cualquier actor o actriz.
En esta ocasión es el director británico Stephen
Frears el que le brinda la oportunidad de brillar en la piel de una mujer cuya
única meta es ser cantante de ópera profesional, aunque a pesar de sus buenas
intenciones la naturaleza no le ha dotado con el don necesario.
La película es amable, algo simplona pero disfrutable.
Tampoco destaca especialmente en ningún apartado pero a estas alturas Meryl
Streep no tiene nada que demostrar al mundo y simplemente cuenta una historia
tan entretenida como olvidable.
Obviamente no será recordada por esta película, ese
lugar está reservado para El cazador, Memorias de África, Los
puentes de Madison o Las horas,
por citar solo algunas.
Muchos acusan a la Academia de desmedida a la hora de
nominarla siempre que pueden, pero sigue siendo Meryl Streep, y eso estará
siempre por encima de cualquier opinión subjetiva.
Ganará: Emma Stone
Yo votaría a: Isabelle Huppert
Debería estar nominada: Annette Bening por 20th Century Women
RECUENTO
2 Oscars
Moonlight
7 Oscars
La La Land
2 Oscars
Moonlight
1 Oscar
El libro de la selva, Fences, Hasta el último hombre,
Jackie, Manchester frente al mar, Star Trek: Más allá,
The Salesman, Zootrópolis
Jackie, Manchester frente al mar, Star Trek: Más allá,
The Salesman, Zootrópolis
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