lunes, 11 de marzo de 2013

Las películas de mi vida: Moulin Rouge de Baz Luhrmann.

Pasados ya 12 meses desde la creación de "Cine para iniciados", me acabo de dar cuenta de un asunto muy importante. He escrito mis impresiones sobre muchas películas, pero muy poco sobre mí. Me explico. Creo que para conocer bien a una persona, una buena forma de saber sus gustos es investigar sus preferencias cinematográficas. Puede sonar un pelín friki, pero me parece muy bello, sobre todo gracias a la diversidad que hay en el séptimo arte. Por eso, he tomado una decisión. Vais a averiguar cómo soy, gracias a "Las películas de mi vida"


Sin más explicación, empiezo, con la primera gran cinta de mi vida.





Paris 1900. Un bufón se asoma por la ventana de un piso bohemio. En su rostro, el maquillaje está consumido. Desprende un aire sobrio y de tristeza. Sin más dilación, comienza a cantar "Nature Boy". Las imágenes de un barrio de Montmartre lluvioso y decadente se suceden. Tras este doloroso paseo, llegamos finalmente a la habitación de nuestro joven protagonista. Christian no da crédito a lo vivido. Su amada Satine ha muerto (en circunstancias aún desconocidas por el espectador). Este joven escritor toma una decisión. Va a relatar su dura historia de amor, y nosotros vamos a ser los testigos de tal amargo relato. 


Tras estas primeras secuencias, estaba impresionado. La dureza con la que se mostraba el desasosiego de Christian y la manera de ejecutarla (todo tan arriesgado al mezclar los tonos sepia en la fotografía con un mayor colorido cuando aparece por primera vez Ewan Mcgregor) eran magistrales. Desde el principio ya me había ganado. De repente, la historia toma un rumbo totalmente distinto al esperado. La tragedia evoluciona en pura comedia musical. La tristeza se convierte en alegría y en optimismo. El escenario ha cambiado.

 "Moulin Rouge" es esto. Un caos, en todos los sentidos. Decorados muy recargados, vestuarios que mezclan lo bohemio y el lujo de las clases adineradas, canciones muy conocidas pero que un musical corriente no tendrían cabida, personajes muy variopintos... Podría ser perfectamente un desastre total y un despropósito de largometraje. Pero ocurre una cosa. No lo es. 


Nos encontramos ante una auténtica obra maestra. Perfecta y muy bien actuada por parte del elenco. Encabezados por una increíblemente atractiva y sobresaliente Nicole Kidman (en el papel de su vida, al menos eso creo yo) y con un Ewan Mcgregor muy solvente, la pareja protagonista contaba con una química maravillosa, muy difícil de igualar en musicales (que se lo digan a Daniel Day Lewis y Marion Cotillard en "Nine"). El trabajo de los secundarios es excelente. Desde un infravalorado Jim Broadbent hasta la loca interpretación de John Leguizamo, todos cuentan con grandes momentos en la película.


La dirección de Baz Luhrmann es inmensa. Muy digno de admirar que siguiese adelante con un proyecto tan potente pero tan peligroso a la vez. Esa magia sin embargo no fue tan contundente en "Australia", que sin ser una mala película, si que se le puede considerar una obra inferior a la precedente (no obstante, a servidor le gusta). 


El aspecto técnico es deslumbrante en todos los sentidos. Diseños de vestuarios que mezclan las lentejuelas del mundo del espectáculo con los trajes de duques y artistas, fotografía en la que los tonos pasteles de los paisajes, las luces  y el colorido se combinan, decorados muy bellos y un montaje que recuerda a los videoclips de la MTV, hacen que la propuesta del realizador australiano no haya podido ser alcanzada por ninguna producción musical en los últimos años (se acercaron "Chicago" y "Los Miserables", pero "Moulin Rouge" es la más novedosa).


Tiene momentos y escenas apasionantes. El tango de Roxanne es una de las mejores escenas rodadas a lo largo de la década que va desde 2000 a 2010. Sentimiento, pasión, dolor y remordimientos se ven reflejados en el momento por el que se recordará esta maravilla de largometraje. La elegancia y limpieza con las que está realizada es inimitable. 

Aquí les dejo las imágenes para que juzguen ustedes mismos.

Este breve análisis terminará en pocas líneas, pero no me gustaría finalizar sin describir que me enseñó este maravilloso film. Aprendí uno de los múltiples significados de la palabra amor. Un amor que es feliz cuando es correspondido, pero que cuando es rechazado y olvidado te lleva al más profundo de los dolores. Al igual que el protagonista , cualquier ser humano puede sentir lo que padece el pobre Christian en la cinta. Lo que queda claro es lo siguiente: en el amor no hay barreras. No importa las diferencias que separen a las personas, sean sociales o de cualquier índole demográfica. Todo el mundo que lo merezca merece ser amado, y con historias tan únicas como la que se muestra en este largometraje, la demostración es más que evidente. 


"Moulin Rouge" es imprescindible. La forma de conjugar la belleza, la libertad, la verdad y el amor en cada una de sus secuencias e imágenes hacen que esta peculiar cinta sea una de las películas de mi vida, sin lugar a duda. A quiénes todavía no os habéis dejado embrujar por este imprescindible y laborioso trabajo, ya estáis tardando en darle una oportunidad.

Hasta aquí la primera entrada de "Las películas de mi vida". El próximo largometraje sobre el que escribiré se podrá leer dentro de pocos días. Sólo daré una pista. Sigan las flechas azules. 


Un abrazo a todos y a seguir disfrutando del cine. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario