domingo, 4 de septiembre de 2016

Crítica de Expediente Warren: el caso Enfield de James Wan



Dirigida por James Wan
Elenco: Vera Farmiga, Patrick Wilson, Frances O'Connor, Madison Wolfe

Crítica:


Como diría Melisandre en la famosa serie de televisión Juego de Tronos "La noche es oscura y alberga horrores". 
En la actualidad hay diversas fobias como son el miedo a las guerras, a enfermar o la intolerancia sexual o religiosa. Sin embargo hay algo que siempre se ha mantenido constante a lo largo de los siglos y es el pánico a la oscuridad y al mundo de los espíritus errantes y maléficos.

Que el cine de terror haya explotado esta idea desde sus inicios no es un descubrimiento que a quien escribe esto le sorprenda. Lo que sí es cierto es que cuando este planteamiento se ejecuta de manera eficaz recurriendo a golpes y sobresaltos efectistas los resultados pueden llegar a ser excelentes. Esto es lo que se siente tras ver el segundo episodio de este Expediente Warren.

James Wan nos regala una cinta que cuenta con la misma calidad que su antecesora y con un ritmo que te atrapa y sacude hasta límites insospechados. Pocos cineastas juegan tan bien con la tensión y , aun sabiendo o intuyendo en qué momento del metraje te meterá el susto, el espectador entra de lleno en la propuesta y se deja asustar. Esto se consigue en gran parte gracias a la sincronización tan estimulante de todos los elementos que componen este film.

Los actores están sensacionales. Tanto Vera Farmiga como Patrick Wilson convencen con interpretaciones, que al igual que su predecesora, son mejores que las que se suelen ver dentro del género. La madre y la hija (Frances O'Connor y Madison Wolfe respectivamente) soportan con mucha solvencia sus roles aterrorizando al personal y regalándonos unas actuaciones que nos recuerdan a la vista con Ellen Burstyn y Linda Blair en la más que conocida "El Exorcista".

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El apartado técnico tampoco se queda atrás. La dirección artística y los diseños de vestuario consiguen transportarnos a una zona residencial inglesa a mediados de los años 70 con una agudeza y sencillez admirables. Paredes con humedades, muebles en estado de descomposición, sótanos oscuros con tuberías a la vista... Está claro que han querido jugar con la cotidianidad de los hogares de la clase media-baja a través de su aspecto visual para inquietar al público que se atreva a adentrarse en esta casa con espíritus demoníacos. Los efectos visuales, el maquillaje y el sonido, como se podía esperar, es lo que más reluce gracias su especial cuidado. El buen gusto de la puesta en escena hace que esta propuesta algo diferente y digno de reivindicar.

Por ser una de las mejores películas de terror de los últimos años y por demostrar que se puede hacer cine de calidad con una trama simple no os podéis perder esta nueva entrega de estos enigmáticos expedientes. No os arrepentiréis.


Lo mejor:
no deja indiferente y divierte,

Lo peor:
cierto subrayado en el guión de algunos detalles que se repiten en exceso

Nota:7,5/10

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