martes, 13 de septiembre de 2016

Crítica de Tarde para la ira de Raúl Arévalo



Dirigida por Raúl Arévalo,
Elenco: Antonio de la Torre, Luis Callejo, Ruth Díaz, Manolo Solo

Crítica:

No hay un tópico más difícil de superar en nuestro país que el de poner en duda la calidad del cine español. Ciudadanos que verán al año dos o tres cintas hispanas, se atreven a juzgar y generalizan con sentencias como "son todas iguales" o "aquí o se hacen películas sobre la Guerra Civil o comedias muy malas". Y estoy siendo demasiado diplomático con lo escuchado...

Aunque pueda resultar algo ilusorio en España cada año se ruedan decenas de producciones de distinta temática, desde el drama social hasta otras de carácter claramente comercial cuyo objetivo principal es el de reventar las complicadas taquillas actuales. Cine valiente que lucha por llegar a las salas y tener al menos la oportunidad de que los espectadores que la vean proyectada consigan entender y valorar el esfuerzo realizado para llegar ahí.

Tarde para la ira curiosamente es una combinación del mejor cine de autor con algunos toques comerciales que seduce tras su primer visionado. El debut del actor Raúl Arévalo en la dirección no podía ser más positivo y no se puede evitar recibir con mucho entusiasmo esta nueva faceta suya. Su trabajo está claramente enfocado al lucimiento de sus actores. Llama la atención la mezcla tan curiosa que realiza al decidir el estilo en el que están rodado los distintos planos o la escritura del propio guion. La crudeza visual de la primera etapa de Daniel Sánchez Arévalo junto a la agresiva temática de los guiones de Alberto Rodríguez  parece que se dan la mano para procrear y regalarnos como hijo esta "tarde furiosa".

Y es que luego nos encontramos con las interpretaciones de todo su elenco que prácticamente están soberbios. Antonio de la Torre recupera su registro más sutil realizando un ejercicio de contención que recuerda en cierta forma a su Caníbal de Manuel Martín Cuenca. Luis Callejo por su parte nos enseña lo más cañi de España con un personaje que recuerda salvando las distancias a Malamadre de Celda 211. Ambos actores excelentes. Ruth Díaz también está solvente. Mención especial para Manolo Solo que en apenas 5 minutos consigue construir un personaje adorable y carismático a pesar de ser probablemente un ladrón sin escrúpulos que mataría por un billete de 100 €. 

La película novel de Arévalo está llamada a ser una de las cintas españolas del año y seguramente rasque bastantes candidaturas en la próxima edición de los premios Goya. Como diría Cayetana Guillén Cuervo en Versión Española no se me ocurre mejor forma que finalizar esta reseña diciendo: "Que la disfruten".

Lo mejor:
su buen y prometedor inicio.

Lo peor:
Alguna bajada de ritmo de última hora.

Nota: 7,5/10

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